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Ataques de pánico
Los ataques de pánico pueden ser considerados como sinónimo de los ataques de ansiedad.
Un ataque de pánico es un episodio intenso de miedo y aprensión. Por lo general acompañado por un deseo apremiante de «huir», «alejarse» o ponerse a salvo. Los ataques de pánico también puede ir acompañados de, aunque no necesariamente, angustia temporal y uno o todos los siguientes síntomas físicos, tales como fuertes temblores, falta de aire, palpitaciones del corazón, dolor de pecho o malestar (o tensión), sudoración, náuseas, mareos o sensación de mareo, (hiperventilación), parestesias (hormigueo o sensación de alfileres y agujas), apretada garganta, asfixia o sentir como un estado de ensoñación o desrealización.
El Trastorno de pánico
También comúnmente se conoce como trastorno de ataque de ansiedad. Afecta al 3% de la población mundial adulta (de 18 a 54).
Mientras que todo el mundo experimenta breve ansiedad causada por un evento o circunstancia estresante o generador de miedo, el trastorno de pánico es recurrente, persistente, puede empeorar con el tiempo, y con frecuencia restringe la vida del individuo.
El Trastorno de pánico puede afectar a las personas física, psicológica, emocional y espiritualmente. A menudo comienza con un ataque inexplicable que conduce al miedo persistente asociado a lo qué ocurrió, qué podría significar, qué podría desencadenar, y pérdida de control.
Afortunadamente, el trastorno de pánico no tiene por qué ser una condición de por vida. Puede ser resuelto, y cualquiera puede hacerlo con la información adecuada, ayuda y apoyo.
¡Lo peor que puede hacer es nada! El trastorno de pánico casi nunca desaparece por sí solo.
¡Cuánto menos se hace, más arraigado llega a ser!
Si usted está experimentando trastorno de ataque de pánico, usted puede recuperar el control de su salud … de manera natural y duradera. Se puede vivir una vida normal otra vez .
